Aunque no lo parezca, el momento biquini está a la vuelta de la esquina y todas queremos vernos perfectas y con algún kilo menos. Pero esto no siempre significa que nos tengamos que poner a dieta; a veces revisando nuestros hábitos alimenticios, aprendiendo a preparar platos más saciantes y ligeros y poniendo más fibra en el día a día y en la dosis adecuada, el resultado puede ser una talla menos.
Siguiendo unos pocos consejos alimenticios, nuestra silueta lo notará.
1. Prepara menos carne, más verdura.
Tomar verduras puede ayudar a mantener la silueta y a tener una vida más saludable. Para depurar el organismo, lucir una piel espléndida y mantener un vientre plano hay que comer más verduras, bien crudas, al vapor o guisadas. Las crudas (por ejemplo, en ensalada) se reservan para el mediodía y las hervidas, al vapor o a la plancha pueden ser una buena opción para la cena. Hay que procurar dar prioridad a las verdes, rojas y naranjas porque tienen más vitaminas que el resto.
2. Aprende a combinar los quesos.
Los quesos son una fuente importante de proteínas y de grasas. Por eso, en cantidades moderadas, se pueden incluir en la preparación de diferentes platos (mezclados en ensaladas de frutas o verduras) o se pueden tomar como ingrediente principal de alguna comida, preferiblemente en el desayuno o la merienda. Es importante no abusar de los muy grasos, siendo los más recomendables los frescos y los bajos en grasa y sal.
3. Elige yogures desnatados o leches vegetales.
Los yogures son una de las mejores fuentes de proteínas provenientes de la leche. También son muy buenos para mejorar el tránsito intestinal y metabolizar mejor los nutrientes; por tanto, son indispensables para mantener el vientre plano. Pero para perder peso, hay que optar por los desnatados. O también puedes pasarte a las leches vegetales (de soja, de arroz, de avena...), más ligeras y digestivas.
4. No te prives de la fruta.
Las frutas pueden convertirse en el mejor aliado de la silueta y la belleza, no solo por su riqueza en antioxidantes, sino también porque la mayoría es diurética y porque sus azúcares compuestos dan energía al organismo durante mucho tiempo, evitando así picotear antes de la comida. Las más recomendables son la manzana, la naranja, el kiwi, la papaya, la fresa, el plátano y los frutos del bosque.
5. Apúntate a los germinados.
Los germinados son los brotes tiernos de las semillas, y es muy recomendable comerlos porque durante la germinación incrementan considerablemente sus elementos nutritivos (proteínas, vitaminas, minerales y enzimas). Además, aportan oligoelementos como hierro, silicio, selenio..., que ayudan a evitar el hambre ansiosa. Se pueden escoger los germinados de soja, lentejas, trigo, cebolla, puerro o rábano, y añadirlos en las ensaladas o ponerlos como rellenos de tortillas, canelones o rollitos de primavera. Se pueden tomar tanto en el almuerzo como en la cena.
6. Pon más legumbres en el plato.
Opta por lentejas, garbanzos, judías secas, soja verde, ya que las legumbres secas, además de ser ricas en proteínas y fibra, también tienen carbohidratos en abundancia. Las legumbres se pueden comer hervidas, para enriquecer ensaladas o preparar hamburguesas, y también en forma de guisos, pero con la condición de que solo las comas al mediodía, nunca por la noche.
7. Come más pescado.
Sobre todo, pescados azules (sardinas, caballa, atún, salmón, pez espada...), ya que estos son la mejor fuente de proteínas de un menú adelgazante, porque son ricos en ácidos grasos omega 3. Estas grasas se queman rápidamente, inhiben la formación de depósitos de grasa, favorecen la utilización de los azúcares y, tomados por la noche, evitan el exceso de apetito nocturno. Hay que prepararlos a la plancha, asados, al vapor o en papillote, sin aceite ni sal, pero con muchas especias y plantas aromáticas. La mejor hora para comer pescado es en la cena.
8. Incluye más semillas y frutos secos.
Estos alimentos son muy ricos en proteínas, minerales y grasas buenas; por lo tanto, constituyen el tentempié ideal para saciarte con pocas cantidades. Contienen calcio y omega 3, y la carencia de estos dos nutrientes está asociada al aumento de peso. Se pueden comer solos o como acompañamiento de desayunos y ensaladas. Como postre van bien las nueces y las almendras naturales o tostadas sin sal. Para las ensaladas van bien las pipas de girasol y de calabaza.
9. Disfruta de las setas.
Las setas contienen vitaminas, minerales y proteínas. Con una ración (al horno, a la plancha o en sopas) se satisface la necesidad diaria de proteínas, a la vez que las comidas resultan más ligeras y saciantes. Se pueden comer en el almuerzo o en la cena, como plato principal o como guarnición de carne y pescado.
10. Descubre los nuevos cereales.
En vez de trigo o arroz, cuyos derivados suelen estar prohibidos en todas las dietas adelgazantes, se pueden tomar otros cereales más ricos en proteínas, y por tanto más saciantes, como la quinoa, el amaranto y el mijo. Se pueden comer enteros, en copos, en pastas, galletas, tortitas... Es mejor tomarlos en el desayuno o al mediodía.
Y además ¡muévete! Porque todos estos consejos sirven de poco si no te animas a hacer ejercicio. Cualquier cosa que te haga mover un poco más seguro que ayuda a perder un poco de peso. Procura dar paseos al aire libre, coger menos el coche o el transporte público, ir al gimnasio y realizar actividades lúdicas que te exijan moverte.
Y tú, ¿ya has empezado tu operación biquini?
Siguiendo unos pocos consejos alimenticios, nuestra silueta lo notará.
1. Prepara menos carne, más verdura.
Tomar verduras puede ayudar a mantener la silueta y a tener una vida más saludable. Para depurar el organismo, lucir una piel espléndida y mantener un vientre plano hay que comer más verduras, bien crudas, al vapor o guisadas. Las crudas (por ejemplo, en ensalada) se reservan para el mediodía y las hervidas, al vapor o a la plancha pueden ser una buena opción para la cena. Hay que procurar dar prioridad a las verdes, rojas y naranjas porque tienen más vitaminas que el resto.
2. Aprende a combinar los quesos.
Los quesos son una fuente importante de proteínas y de grasas. Por eso, en cantidades moderadas, se pueden incluir en la preparación de diferentes platos (mezclados en ensaladas de frutas o verduras) o se pueden tomar como ingrediente principal de alguna comida, preferiblemente en el desayuno o la merienda. Es importante no abusar de los muy grasos, siendo los más recomendables los frescos y los bajos en grasa y sal.
3. Elige yogures desnatados o leches vegetales.
Los yogures son una de las mejores fuentes de proteínas provenientes de la leche. También son muy buenos para mejorar el tránsito intestinal y metabolizar mejor los nutrientes; por tanto, son indispensables para mantener el vientre plano. Pero para perder peso, hay que optar por los desnatados. O también puedes pasarte a las leches vegetales (de soja, de arroz, de avena...), más ligeras y digestivas.
4. No te prives de la fruta.
Las frutas pueden convertirse en el mejor aliado de la silueta y la belleza, no solo por su riqueza en antioxidantes, sino también porque la mayoría es diurética y porque sus azúcares compuestos dan energía al organismo durante mucho tiempo, evitando así picotear antes de la comida. Las más recomendables son la manzana, la naranja, el kiwi, la papaya, la fresa, el plátano y los frutos del bosque.
5. Apúntate a los germinados.
Los germinados son los brotes tiernos de las semillas, y es muy recomendable comerlos porque durante la germinación incrementan considerablemente sus elementos nutritivos (proteínas, vitaminas, minerales y enzimas). Además, aportan oligoelementos como hierro, silicio, selenio..., que ayudan a evitar el hambre ansiosa. Se pueden escoger los germinados de soja, lentejas, trigo, cebolla, puerro o rábano, y añadirlos en las ensaladas o ponerlos como rellenos de tortillas, canelones o rollitos de primavera. Se pueden tomar tanto en el almuerzo como en la cena.
6. Pon más legumbres en el plato.
Opta por lentejas, garbanzos, judías secas, soja verde, ya que las legumbres secas, además de ser ricas en proteínas y fibra, también tienen carbohidratos en abundancia. Las legumbres se pueden comer hervidas, para enriquecer ensaladas o preparar hamburguesas, y también en forma de guisos, pero con la condición de que solo las comas al mediodía, nunca por la noche.
7. Come más pescado.
Sobre todo, pescados azules (sardinas, caballa, atún, salmón, pez espada...), ya que estos son la mejor fuente de proteínas de un menú adelgazante, porque son ricos en ácidos grasos omega 3. Estas grasas se queman rápidamente, inhiben la formación de depósitos de grasa, favorecen la utilización de los azúcares y, tomados por la noche, evitan el exceso de apetito nocturno. Hay que prepararlos a la plancha, asados, al vapor o en papillote, sin aceite ni sal, pero con muchas especias y plantas aromáticas. La mejor hora para comer pescado es en la cena.
8. Incluye más semillas y frutos secos.
Estos alimentos son muy ricos en proteínas, minerales y grasas buenas; por lo tanto, constituyen el tentempié ideal para saciarte con pocas cantidades. Contienen calcio y omega 3, y la carencia de estos dos nutrientes está asociada al aumento de peso. Se pueden comer solos o como acompañamiento de desayunos y ensaladas. Como postre van bien las nueces y las almendras naturales o tostadas sin sal. Para las ensaladas van bien las pipas de girasol y de calabaza.
9. Disfruta de las setas.
Las setas contienen vitaminas, minerales y proteínas. Con una ración (al horno, a la plancha o en sopas) se satisface la necesidad diaria de proteínas, a la vez que las comidas resultan más ligeras y saciantes. Se pueden comer en el almuerzo o en la cena, como plato principal o como guarnición de carne y pescado.
10. Descubre los nuevos cereales.
En vez de trigo o arroz, cuyos derivados suelen estar prohibidos en todas las dietas adelgazantes, se pueden tomar otros cereales más ricos en proteínas, y por tanto más saciantes, como la quinoa, el amaranto y el mijo. Se pueden comer enteros, en copos, en pastas, galletas, tortitas... Es mejor tomarlos en el desayuno o al mediodía.
Y además ¡muévete! Porque todos estos consejos sirven de poco si no te animas a hacer ejercicio. Cualquier cosa que te haga mover un poco más seguro que ayuda a perder un poco de peso. Procura dar paseos al aire libre, coger menos el coche o el transporte público, ir al gimnasio y realizar actividades lúdicas que te exijan moverte.
Y tú, ¿ya has empezado tu operación biquini?
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