Este verano he estado en un lugar que tiene un atractivo especial para todos aquellos que llegan a Colonia (Alemania): el Museo del Chocolate.
Inaugurado en 1993 y ubicado en un edificio muy cerca del río Rin, es el primer museo del chocolate en todo el mundo. En el museo, se informa de todo lo referente al chocolate, desde el cultivo y los granos del cacao hasta las diversas variantes del chocolate.
La historia del chocolate comienza hace 3.000 años en Mesoamérica. Están expuestas enigmáticas figuras y vasijas de antiguas culturas americanas que envuelven en misterio el consumo de chocolate y el valor atribuido a los granos de cacao. Pero esta idolatría al chocolate también se trasladó a Europa, convirtiéndolo en una bebida de lujo. Prueba de ello son los costosos servicios de chocolate hechos de porcelana y plata que se exponen.
Todos los sentidos se ven sorprendidos durante el recorrido por el museo. El olfato, en el delicioso aroma a chocolate que invade todo el edificio. El gusto, en el bombón que ofrecen cuando inicias la visita y en la degustación de chocolate caliente que mana de una fuente. La vista, durante todo el recorrido. El tacto, al poder interactuar en determinados momentos y poder tocar granos de cacao. Y el oído, en los gritos de admiración de los niños, que están fascinados.
Para una golosa como yo, que no puede resistirse al chocolate, la visita al museo resultó inolvidable. Y, por supuesto, hubo tiempo para pasar por la tienda y hacer unas compras.
¡Que maravilla!
ResponderEliminarY es que tienes ante ti a una adicta al chocolate sin rehabilitación posible.
:)
Un besito.
uff, estaba leyendo el post y casi podía oler a chocolate. Qué pasada!
ResponderEliminarbss
,-)