Orquídeas

Hoy os voy a hablar de una flor que me encanta, aunque tengo la mala suerte de que, aunque sigo los consejos para su cuidado, me dura muy poco: la orquídea.

La orquídea es una planta tropical bastante rústica y resistente, pero que requiere ciertos cuidados. Una orquídea bien tratada puede mantenerse sana y llegar a vivir hasta 20 años.

Por si os gusta esta flor y habéis pensado comprar una planta para decorar vuestra casa o tenéis la suerte de que os regalen alguna, aquí os dejo unos consejos a ver si sois más afortunadas que yo y conseguís que os duren mucho tiempo.

- Luz. La orquídea necesita mucha luz, pero nada de sol directo. Una luz insuficiente provoca falta de floración, poco crecimiento, tallos frágiles y hojas que amarillean y terminan por caerse.

- Agua. Conviene regarla con agua blanda, baja en sales minerales. Si se puede, mejor utilizar agua envasada. Los riegos han de ajustarse a la temperatura: más en verano y menos en invierno. Hay que vigilar las raíces y si se ve que se han vuelto blanquecinas, hay que regarla.

- Temperatura. A la orquídea le gusta el calor. La mayor parte de las especies es originaria de zonas tropicales, por lo que necesita condiciones cálidas o templadas. Esta planta no soporta temperaturas por debajo de 4-5 ºC, siendo entre 17 y 23 ºC la temperatura ideal.

- Humedad. La orquídea requiere una humedad ambiental alta. Hay que proporcionarle un microclima húmedo constante y alejarla de radiadores y del aire seco. Aunque hay que tener mucho cuidado porque un exceso de humedad y una temperatura elevada propician la aparición de hongos y bacterias.

- Ventilación. La orquídea no soporta los ambientes cerrados o cargados. Hay que asegurarle un mínimo de ventilación diaria para que renueve el oxígeno, evitando las corrientes y el aire directo.

Me encantan sus colores. ¡Son unas flores preciosas!