Ya hace días que dejamos atrás las Navidades y todos los dulces que invaden nuestras casas en esas fechas, pero hay algo dulce que en mi casa nunca puede faltar, sean las fechas que sean: el chocolate. Puro, blanco, con leche, con relleno..., da igual porque en todas las opciones es un auténtico placer. Placer y mucho más porque ya las culturas precolombinas asociaban al cacao propiedades energéticas, curativas e incluso mágicas, y aseguraban que había sido un regalo del gran dios Quetzalcóatl a los humanos. Y hoy en día parece probado que sus flavonoides ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de ser antioxidantes. También el cacao libera endorfinas, reduce los niveles de estrés y la feniletilamina de sus componentes desencadena factores químicos parecidos al enamoramiento. Y si al chocolate se le une el diseño y los mejores productos se convierte en una delicia con forma de bombón. Como muestra la atrevida fusión de Valor en sus bombones ...